Alma yerma de aristas torcidas
tejidas por apolillados algodones
que arropan este insular día.
Ésta tarde llueve acá
y esta lleno de amapolas negras que derriten
ropas lavadas por mirlos de vida.
Así es cuando llueve en mis uñas de estación
y no es piadoso ante mi cuerpo
devorando mis ojos azules en una copa.
Siento vientos otoñales que dejan su jugo palpitante
en la arruga de mi punto seguido
y llueve, llueve mucho afilando mis tardes heroicas
para derrotarlas, caer y yo
ungirme con ellas.