Paulina Vinderman
una caja= ¡a mi caja!
una caja= ¡a mi caja!
Un cajón vacío
un cansancio sin mutuos sueños
hundido en la inutilidad de las líneas rectas
que borran a cada instante misteriosas letras...
sigo ciega y mis manos entierras.
Quietos susurros
de híbridas noches
razón a mi canto y pisadas de arena
un cielo buscándome ¿o quizás sólo un espejismo?...
sigo ciega y mis manos entierras.
No ve entre líneas
madura entre besos compartidos
juega con sus ojos en ése amigo muerto
el que un día lo expulsó y lo llevó a amores literarios...
sigo ciega y- cada noche - mis manos entierras.
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