SE LE OLVIDA, QUIZÁS

Cuando sus ojos ven márgenes de ilusiones, aún sólo márgenes leves y sin seguridad  pero que enmarcan un jardín quizás sólo un jardín cubierto de velas, quizás un jardín cubierto de flores.

Sólo márgenes, suele suceder, que caen desiguales pero crean golondrinas  que animan el cuerpo apenas,  quizás sólo sea un jardín cubierto de velas. 

¿Cómo es que invade un lugar tan suyo? Aunque sean sólo márgenes cantas en su oído inmortales rosas.

¿Un latido de estrella? no sabe si sea un latido de estrella pero si siente la presencia cuando observa arriba y te ubicas como un astro, un astro de un jardín de velas, quizás.

No quiere caza de luciérnagas, ni ha soñado por ahora   pero un bordeado de palabras  ha despertado un márgen sólo un márgen del ensueño que trasciende hacia afuera. Cuando semejante sombra busca el alba entre sus manos, no puedes ignorarla y lo intentó.

 Misterioso, dispar a la estatura de su vida , cicatrizado, torrentoso pero con picos dulces,  inmoldable al molde aunque le traces la misión de esculpirte ...  aún "ése" no se asoma, sólo hay un margen un margen que enmarca un jardín quizás de velas quizás de flores.

Es el tiempo que queda corto el que trae las golondrinas y empuja a espacios exactos y reemplaza el silencio de éstos últimos días de papel, pluma , cantos colgados y el café ya de tarde. 

Eres materia leve pero creces en las palabras que no dijeron nunca, que aún ella no dice porque está acostumbrada a tomar con calma el sendero...aunque son sólo márgenes aprietan como sierpes con una fuerza de ya no ser sólo una, de ya no ser sólo ella.

Quizás sólo seas un jardín de velas pero creas rutas que le dirigen con antorchas a recorrer el vientre del cielo de ése jardín, quien sabe sólo seas un margen un margen pregonando a voz alta un lunes tibio que despertó el margen de la ficción, moderada pero la despertó.

Y aunque se vaya la tristeza de ella y un silencio tan hondo aún deba mantenerse, te invita a la eterna calma que hay un pacto entre los dos...Se le olvida y le recuerdas en cada bienvenida de ellos dos.

Quizás estuvo siempre ahí desde ése momento, quizás sólo lo despertó.