lunes, 23 de mayo de 2011

He vuelto a escribirte


"Yo no tengo jamás porque distinto
fui, soy, seré. Y en nombre
de mi cambiante amor proclamo la pureza.
La muerte es sólo piedra del olvido.
Te amo, beso en tu boca la alegría.
Traigamos lena. Haremos fuego en la montaña".
Neruda




Tus ojos han sido siempre praderas planetarias que palpitan geografías de sombras y alma transitando los muros de mi pelo. Recorres tu infancia y tu corazón parece una alcancía con moneditas de rocío llenas de pueblos diminutos. He vuelto a escribirte detrás de ramas entreabiertas que forman arcos extraños en noches estrelladas y caminos de pálidas piedras y cristales eternos. Tu desatas un movimiento marino lleno de espuma, yo mirando ramitas que forman enredaderas en el cielo. Tu me ves y yo te veo y he vuelto a escribirte recogiendo la luz del mundo en tu retrato. Sin ir tan lejos puedo verlo todo, los sueños del bosque han regresado a mi encuentro, tu boca de sandía ha quedado enredada en mi cabellera conoce cada una de sus esquinas y canta. Y donde nacieron tus ojos ya no veo el traje de invierno porque he vuelto a escribirte ahora que de nuevo te veo en cada uno de mis dedos.

sábado, 7 de mayo de 2011

Olas

Lee versos húmedos 
que chocan con impacientes lenguas
tocan acordes de pianos
canciones de naturaleza
realizando contorsiones difíciles de imaginar

que vienen y van como las olas
zambulléndose desnudas en el mar
admirando el silencio,
la llave en un bolsillo
y la noche que confesó una postura.

Su alegría en sus tiernas mejillas
transparentes de azuladas aguas de mar
cielo de verdes primaveras
tocan el misterio de un sentir
de un ir y venir

parecen jinetes
empuñando sonrisas
empuñando sólo una razón
realizando bellas canciones hechas poemas
que envuelven seda
que vienen y se van.

lunes, 2 de mayo de 2011

Pañuelo




Hace tanta bulla parándose en el abismo
alzando un pañuelo blanquísimo
moviéndolo de un lado a otro
a las seis de la tarde brindando
un querer de ésos que no se olvidan.

No se esconde
es una noche de agosto pero el tiempo
no se corona de palomas como antes
ha despertado espantándolas a cada una de ellas
plantándolas en versos que escribió en amaneceres
que en ésta noche recuerda grabados en un pañuelo
azotándolo fuertemente.

Hay ganas de no volver a ausentarse
de tener un corazón que jamás va a irse
¡de volver! ¡de volver! ¡de volver!
pero una cruda sombra y una pañuelo blanquísimo
saben que la firmeza de un hilo se logra cuando
dos lo mantienen jalando firmes haciendo un nudito
un nudito en su dedo bien enrollado.

A veces hasta doler.
A veces hasta entender que sin el otro lado te puedes perder.
No sabe si es poesía, esto es sólo una historia que pudo ser un día
borbotones de amor o una paladar de despedidas.

¡Y agita el pañuelo blanquísimo!