lunes, 23 de mayo de 2011

He vuelto a escribirte


"Yo no tengo jamás porque distinto
fui, soy, seré. Y en nombre
de mi cambiante amor proclamo la pureza.
La muerte es sólo piedra del olvido.
Te amo, beso en tu boca la alegría.
Traigamos lena. Haremos fuego en la montaña".
Neruda




Tus ojos han sido siempre praderas planetarias que palpitan geografías de sombras y alma transitando los muros de mi pelo. Recorres tu infancia y tu corazón parece una alcancía con moneditas de rocío llenas de pueblos diminutos. He vuelto a escribirte detrás de ramas entreabiertas que forman arcos extraños en noches estrelladas y caminos de pálidas piedras y cristales eternos. Tu desatas un movimiento marino lleno de espuma, yo mirando ramitas que forman enredaderas en el cielo. Tu me ves y yo te veo y he vuelto a escribirte recogiendo la luz del mundo en tu retrato. Sin ir tan lejos puedo verlo todo, los sueños del bosque han regresado a mi encuentro, tu boca de sandía ha quedado enredada en mi cabellera conoce cada una de sus esquinas y canta. Y donde nacieron tus ojos ya no veo el traje de invierno porque he vuelto a escribirte ahora que de nuevo te veo en cada uno de mis dedos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si haz vuelto a escribir porque palpitan en tus dedos lo que antes veías en trajes de invierno...¿por qué entonces cuesta ver aquellas moneditas, que aún en las praderas siguen esperando ser volteadas para verse como cristales eternos?