martes, 20 de noviembre de 2012

¡¡ A !!






Mi mirada frente a frente
dejando correr la pluma
al compás de un poema de viernes
que vibra, que recoge frutos caídos
que convierte viejos sonetos
en llanuras ardientes de primavera...
son sonrisa, llanto, miedo y estremecimiento.


Es no sufrir el castigo de la muerte
es el renacer de frutas caídas
es escuchar la única voz en mi rostro
y confundir las puertas de la vida
en cada parte de este encuentro.


Es sentirte, es no hacerlo,
es entrar a la cubierta 
sin tirarse de la borda.
Es trabar mis palabras en este verbo
zacudir las frazadas de mi corazón y tenerlo.


Es dejarte de imaginar sólo por ese momento...
insegura, temblorosa, desteñida
junto al río de tu cuerpo.
Es beber la lluvia ahogada en un invierno,
sepultar nuestros libros y tener un sólo corazón
donde ambos nos absorbemos.


Es vivir en ese momento 
para morir después de este inexplicable encuentro
y guardar perpetrada tu alma, tu sangre y tu voz
en el fondo de este poema
y recordarte, y recordarlo 
como el renacer de frutas caídas
en una noche de invierno.







domingo, 23 de septiembre de 2012

La madrugada ríe




La madrugada ríe
y yo disfruto de mi tacto
el aroma de un cuerpo
que me abraza el corazón
y da serenidad a mis sueños.

La madrugada ríe
y el sol nace en sus labios
castrando a la razón
de quimeras rotas
en un rincón de mi cajón.

La madrugada ríe
y el eco de su suspiro
crea poemas en mi alma
de ritmo y compás
viandante sin la muerte.

La madrugada ríe
y su hermosa cabellera
limpia los puntos y las comillas
reventados en mis pestañas
cortando las trenzas viejas de mi vida.

La madrugada ríe
con su sonrisa de arco iris
y siento que brillo sin importar el ayer
en un horizonte que se cierra con mirada alta
y yo me encuentro plena e intimidamente viva.


jueves, 2 de agosto de 2012

Innominado





Me gustaría de nuevo verte sonreír
a las seis de la tarde envuelto en tu paraguas
mirando el cielo lluvioso de la noche
mientras en el aire poemas de Mario llegan a tu boca.

Me gustaría de nuevo ver tu cabellera
ése manantial que devora sombras de invierno
que hace fugitivas las estatuas
ensortijadas en unos ojos negros.

Me gustaría de nuevo ver las lágrimas ahogadas
en tu sonrisa de sandía
recordando el viento zambullido en caminatas nocturnas
aceptando el delito inverosímil de ser solo uno.

Me gustaría de nuevo desmadejar tu silencio
y estrechar el cúmulo de pueblos trasquilados
que se engendran en los poros de mis dedos
sólo cuando a ti te veo.

Me gustaría de nuevo cruzar la esquina de la calle impar
hablando jitanjáforas huérfanas del tiempo
multiplicando la geografía de tu cuerpo
en los versos reciclados que yo llevo adentro.

Me gustaría...me gustaría...me gustaría...
y no pienso ahora en el presente
vuelvo al sueño ¡alúmbrame!
estrujo la garganta y me doy cuenta que tú...
que tú siempre estás envolviendo mi presente.


martes, 3 de julio de 2012

Tarde de Invierno






Tercamente una tarde de invierno se posó y se perdió 
en mis dedos...no perdonó espacio ni tiempo.




La tarde se ahoga al cruzar los brazos
evitando las caracolas de su vestido
enraizando los cabellos de ceniza
que envuelven cada fracción del cielo
del caído invierno.


La tarde se ahoga al cruzarse de brazos
revolviendo bosques de algarrobo
en el murmullo de cada una de las hojas
de pozos de espejos, de pestañas dormidas,
de anillos de aire sin ganas, sin luz.


La tarde se ahoga al cruzarse de brazos
eclipsando su sonrisa
en cortinas rasgadas por su frío aliento
penumbrando huéspedes de ausentes márgenes
con lenguas presentes y relojes sin tiempo.


La tarde se ahoga al cruzarse de brazos
y yo me encuentro descolgada en un pedazo de fierro
tiritando y recordando a Breton
tocando nuevamente sus labios cerrados
aprovechando las pequeñas pastillas que encontré en sus manos
para este frío invierno.  

sábado, 23 de junio de 2012

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Ya no veo tu sonrisa. Se fue como las ganas de verte. Desenredo mis recuerdos para encontrarla nuevamente y poder guardarla en mis bolsillos para aquellas caminatas en que me fracciono a ciegas en las calles convirtiéndolas en interminables caminos y a las personas en constantes estatuas atestando de música a mis oídos, pero ahora ya no veo tu sonrisa. ¿Te la llevaste contigo? o ¿es que yo la he olvidado?. 
Recuerdo tu manera anárquica de ver las cosas, de pensar que en el mundo todo es gris ¡no blanco, ni negro! ¡sino gris!. A mi no me gusta el gris, me recuerda allá cuando vivía lejos de tí y la gente parecía tener en su corazón un reloj despertador y su caminar lleno de pisadas fuertes.
La última vez que realmente te vi sin péndulos en tu espalda, recuerdo que estaba nerviosa ¡no se por qué pero lo estaba! te esperé y tú llegaste, aunque ahora no se si llegaste o te perdiste en el camino, y tus manos parecían pañuelos que trazaban puntos descolgando de las perchas los recuerdos que el vientre de la sombra nos dió ¡Ahora ni esa sombra se asoma a mi vida!. Recuerdo tu manera de zarandear tu boca cuando esclavizabas tu cuerpo a voces necesarias, y después llevabas siempre tu tapa hermética fumándote un cigarrillo ¡El cigarrillo en ti no me gustaba!. Recuerdo las veces en que abstraídos nos reuníamos a crear formas en las sombras y parecía que estuviéramos atrapados en un destino singular ¡Yo no creía en el destino! ¿Nunca te pregunté a ti? Pues nunca nos preguntamos si existía, sólo sabíamos que escuchando música revolvíamos las arrodilladas dulces rocas salvajes del ayer. Lo que más recuerdo es la última vez que te ví y se me vienen a la mente las palabras de Bukowski:

 "algunas noches
como esta noche
parecieran reptar por atrás del cuello
de uno y detenerse en la base del cráneo,
así
de esta manera".


Y ahora es que entiendo más este poema. Hay noches que se quedan detenidas en la base de tu cráneo para recordarte que hay gente con corazón de despertador y sin ganas de subirse a los trapecios ¡A mi me gustan mucho! ¡Y más las alturas! porque permiten ver la ciudad tan pequeña y tan sencilla a la vez.  Por último recuerdo que tu sonrisa volvía lentas las agujas del reloj disperdigando aire con pajitas que juntas abrazaban la obscuridad pero ahora... ya no veo tu sonrisa. Se fue como las ganas de verte. Ahora ya no la veo porque fuera de mis brazos se ha ido. ¿Te la llevaste contigo? o ¿es que yo la he olvidado?. No sé, sólo sé que antes del punto final lo que escribiré será " Adiós sonrisa de arco iris"..

miércoles, 20 de junio de 2012

Sin retorno





"porque el amor no puede volar sin detenerse:
al muro o a las piedras del mar van nuestras vidas,
a nuestro territorio regresaron los besos".
Pablo!


Deteniéndote en el puerto de mi memoria
enraizándote en el árbol de mi cuerpo
eliminando las hojas de su entorno
¡Ha llegado el invierno!
en la encrucijada de una habitación
de labios abiertos que dicen tu nombre
que desmienten sentimientos
que estallan en el pecho
en el ojo de su propia cerradura
recostados en la cabecera de tu cama
y la primera sílaba que encuentro
atorada en mi garganta
danza invisible sobre el viento
abandonando espejos
de un ángel desvanecido
en un rectángulo echado
metros bajo tierra
estrellando todo lo que te debo
en los muros de rostro de hoguera
donde tu voz escucho, sube
y yo confundo la muerte,
tu muerte,
con la vida.

jueves, 19 de abril de 2012

Otoño amarillo



Suave es tu sonrisa
como el mar y el sol
que combaten al atardecer
como la brisa que florece
en el oído que la escucha
desgranando la constelación
desbocada que es tu vientre
y así puramente taciturnas
se abren las ventanas del cielo
consumiendo la luz de Abril
que se descubren en mis dedos
al tenerte en esta tarde de retrato
y el silencio encorvado
de olas, mares y amaneceres
abren solas todas las puertas
en un otoño amarillo
de hojas indelebles y
de boca de guitarra
que crece implacable sus raíces
al pie de la orilla
y afuera la ciudad se desborda
en estrujadas gargantas
mientras sucumbo en tiempo y espacio
cuando se desliza la ardiente sonrisa
de tu compañía.

martes, 21 de febrero de 2012

....



Acabo de recibir una voz dentro de mi oído y me convertí en un diminuto pueblo donde no pertenezco, donde quiero agitar mis manos como el viento y llegar hasta tu pelo, pero ya no es lo mismo y asi lo siento. Hay mentiras que saborean el arroz pero no alimentan..¡sé que no alimentan! pero diselo a ella la mujer de larga caballera que baila en tu vientre y en tu cabeza...sólo sé que es un diminuto pueblo donde me encuentro y la voz dentro de mi oído parece doblarse como un papel sin sentido que resbala por el aire lleno de recuerdos.

Y se escuchaba esta canción en su costilla exterior.
http://www.youtube.com/watch?v=szg-hXuVBn8

martes, 14 de febrero de 2012

Quiero




Quiero expresarte en las noches
la sonrisa de los días
decirte las duras primaveras 
que vibran y suenan de las cicatrices del tiempo.

Quiero perderme en tu vientre
tan tuyo, tan completo
ser la que te abriga en cada noche
que existen confusiones y desencuentros.

Quiero ser tuya, aunque sea por un momento
y dejar de pensar en viajes solitarios
donde soplos de amor
guardan la llegada de un verano.

Quiero dejar de huir inultilmente
de cada uno de tus pensamientos
porque sé que tu me quieres
y estoy sintiendo que yo también te estoy queriendo.


Pd: Y gracias por verme como tu me ves.

viernes, 10 de febrero de 2012

Me perdì un tiempo


"Y ahora, que estoy sentado en la puerta del invierno, comprendo que aquel no fue un tiempo perdido.
Estuve en otros sitios, caminè por otras plazas, otras arenas pisè, vi otros àrboles, parème en las ruinas de otros tiempos".
Javier Heraud


Me perdì un tiempo
no tuve miedo a la muerte
mi corazòn dejò de sembrar
el viento construyò pàjaros
que morìan en un seco corazòn.

Me perdì un tiempo
y el dìa aceptò su palidez
los ojos solo aprobaron la luz de labios
labios frìos como las noches que pasè
en las duras primaveras que abrì en mis manos.

Me perdì un tiempo
¡Es cierto, me perdì!
y la ardiente tiranìa arrancò montañas
de esas que sirven para ver el cielo,
un jardìn y una entrada.

Me perdì un tiempo
donde muertos abrazaban mi estancia
donde construìa viejas casas
casas de tètrica vestimenta
sin amor, sin verdaderas ganas.

Me perdì un tiempo
y ahì se confundìa el alba
formaba rìos de sangre
que abrìan camisas de otoño
y sepultaban mis libros de siempre.

Me perdì un tiempo
¡Y no màs! Un tiempo me perdì
poseìda por las escamas de una piel
que ahora ya no siento
asì quiera cerrar los ojos y perder de nuevo el aliento.