viernes, 22 de abril de 2011

Noche fresca






Quiero una noche fresca
con aliento plateado de luna en mis mejillas
sin largos otoños de bancas perdidas
en pasos pequeños de olvidadas semillas.


Treparme en una noche fresca, quiero
de tibias y duras manos
sentada en el regazo de sueños azules
ésos que no tienen otoños ni inviernos.


Deshojando mi piel y cada uno de mis huesos
nombrando mudamente y levemente
el baile de la risa infantil
nutriéndome del oscuro teatro de mis sueños en una noche fresca.


El capullo se ha abierto tomando las manos de la ciudad
en el néctar de mil perlas de unos luceros fosforescentes
plasmados en el cielo con su manto de luto
en una noche fresca.


Con ellos la ternura,
las piedritas saltan
se siente el observar de la noche
las miradas circulan tan lentamente
el aliento plateado de la luna me besa
y tú me sonríes.


En una noche fresca arrullo risas infantes en mis oídos
Bailo como si mis pies escribieran poemas en el suelo
Creo puentes que conectan la vida con la muerte
Y guardo en mi bolsillos corazones que se agitan y se ríen
cuando se caen en su espiral mojado
y yo, los miro.


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