martes, 20 de septiembre de 2011

Flor Nocturna

  



         I
Hay caminos de ojos profundos que aletean en una noche
donde caen hojas húmedas de un vientre sin ecos
donde duro de pasiones coge en sus manos un vestido de besos
de esos que ruedan en los pies de un sólo viandante.
       
          II
Ancha noche amarrada a un clima descubierto de palpitante individualidad
que ataja las palabras, boca, corazón, piel  o el sonar de campanas
que la estadía de unos ojos abiertos o cerrados le pueden brindar
porque ella duerme en su alma, frutal, madura y cerrada como flor nocturna.

         III
El viento, el viento arremolina los últimos gritos
corre sombras y muerde bocas de ciruelas.
¡Eres mía! ¡De mis infinitos sueños! ¡De mis sueños solitarios!
y sé que es tu tiempo, aquel tiempo en el que sólo tú y ellos son tu mejor compañía.

         IV
En noches como esta quebradas caprichosas trepan trajes de invierno
llegan hasta sus dedos olvidando las estrellas con espinas del "te veré"
y se transforman en un cúmulo de árbol de lluvia que reducen en un racimo
la sal azul que corre lentamenta por la trama de los tejidos invisibles de su "ser sólo ella".

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