martes, 16 de noviembre de 2010

A la luz de la vela

Es de esos días que no quieres sonatas, únicamente quieres la estructura de un sólo tiempo en el que tus dedos derraman sol y tu cuerpo se pierde en rosas escarlatas. En el que las lágrimas se vuelven transparentes y la pupila se convierte en azul abrazando el aliento de t(s)us labios.

Es de esos días en que el que no encuentras el amor en el diccionario porque lo localizas ahí reposando a la altura de tu cuello prensando tu respiración. 
Es de esos días en que la inspiración se ríe no de ti sino contigo centelleando alma con ojos de sueño. Es de esos días en que mueres por despertar en una dulce embriaguez de blancos lienzos  que cuentan con unas manos que los llenan con pinceles de mechón rojo. 


Es de esos días en el que el eje de la tierra se rompe y apareces como un niño silbando en un bosque de ángeles que vuelcan sus alas hacia ti y de pronto te encuentras en las arenas de un circo en el que la función son ricos tesoros del corazón.
Es un día en el que jalas de raíz lo amarillo que hay en ti y le das a tu pecho vida y calor eliminando los marcapasos que en el subterráneo de tu corazón se habían ubicado.

Es de esos días en que dices : "vendrás conmigo" , porque no quieres que ruede en la lluvia y caiga en el grito gris ¿por qué hoy es de esos días? porque ella hoy se había perdido en la luz de la vela, ella había encontrado en éste día lo que era volver a sonreír.

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