lunes, 6 de diciembre de 2010

Poetas rupestres

                                                                                                     Malecón-Lima

Cuando pasaba por el mundo las vi
y la luz rebotaba en ellas.
A orillas del mar reposaban sin ninguna distinción
se dejaban mimar por las aves que las encandilaban con sus cantos
pero ellas vigilantes de sus fronteras
no se dejaban engañar.

Fuertes olas las impactaban encima
y ellas mantenían su mirada tranquila,
clara, desafiante sin dejar de domesticarse.
Son poetas rupestres
sordas ante el tiempo
indiferentes hacia la vida
con un silencio que se muere en el mar.
¡Parece que no cantan, que no gritan, que no ríen!

Cuando paseaba por el mundo las ví
y observé que en sus vientres se incubaban
desesperadas bocas sin idioma que acompañaban
a sonidos, cristales, robles y fuegos inacabables.
Fue cuando entendí que lo que dice una piedra
sólo la noche puede entenderla.

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