jueves, 9 de diciembre de 2010

Sigo ciega y mis manos entierras






...Extraña flor de sombras chinas en la pared,
te convertiste en una voz y un silencio contra un río.

Un poema condenado a una caja inasible.
                                 Paulina Vinderman
      una caja= ¡a mi caja!







Un cajón vacío
un cansancio sin mutuos sueños
hundido en la inutilidad de las líneas rectas
que borran a cada instante misteriosas letras...
sigo ciega y mis manos entierras.

Quietos susurros
de híbridas noches
razón a mi canto y pisadas de arena
un cielo buscándome ¿o quizás sólo un espejismo?...
sigo ciega y mis manos entierras.

No ve entre líneas
madura entre besos compartidos
juega con sus ojos en ése amigo muerto
el que un día lo expulsó y lo llevó a amores literarios...
sigo ciega y- cada noche - mis manos entierras.



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